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TE ENCUENTRO
.
Me encuentro cada día
pantalones hambrientos,
céntimos miserables
para mendigos falsos,
sombreros sin cabeza,
cabezas sin cerebro,
niños con ataraxia
que se chupan el dedo
y se toman el brazo,
la asistencia del samur,
pájaros peatones,
callejones cortados,
una luz que se apaga
sin causas ni razones,
recuerdos olvidados,
irónicas sonrisas,
hormigas de Dalí
por las alcantarillas,
profilácticos llenos,
rostros como la miel,
llantos de poca monta,
deseos de Buñuel
putrefactos y lácteos,
mujeres de la esquina,
carreras de relojes,
ciertos pozos sin fondo
de inciertos hontanares,
utópicas propuestas,
firmamentos de arenas
movedizas, cinéticas,
esperanzas ganadas
tras mil pasos perdidos,
tiendas sin un cliente,
cádillacs millonarios,
medallas relucientes
en carnes de gallina,
reliquias de demonios,
parques de tierra y piedras
sin fuentes y sin césped,
viacrucis de santos
sin estación de metro,
joyerías blindadas,
océanos de gente
sonámbula en las calles,
sillas de ruedas presas,
aviones en el aire
que añoran evasiones,
peligrosos abismos,
bocas enmudecidas,
gafas que ocultan ojos,
partituras de Haendel
en verdes papeleras,
montañas de derribos,
acciones e hipotecas,
cuentacuentos pedantes,
comics, juguetes, juegos
reunidos y bélicos,
pobre literatura,
teatro divertido
para olvidar las penas,
escuelas de futuro,
hermanos de uña y carne
celulares y computers
personales y móviles,
arrogantes y altivos,
cruces no señalados,
latas, cartón y vidrio
fuera de los containers,
romeos y julietas
que se sienten los únicos,
canciones de los Beatles
que siempre nos aburren,
zapatos de diseño,
pensamientos oscuros,
picassianas bellezas,
provocativas faldas
(monumentos andantes)
que esconden lo evidente,
toses de corazones,
vetustos edificios
nunca remodelados,
payasos de mentira,
farolas apagadas,
asuntos de palacio
que pretenden ir raudos,
marquesinas sin techo,
anuncios de películas
para pasar el tiempo,
antiguas caridades
y nuevos desafíos,
vanidades absurdas,
quioscos ocultados
por la prensa amarilla,
dignidades perdidas,
oídos martilleados,
lázaros y epulones,
frutas, verduras, huevos
que no sacian el hambre,
sueños y pesadillas,
preciosas tentaciones,
muros que se levantan
impidiendo el acceso,
pacifistas a gritos,
autistas convencidos,
ositos de peluche
con ásperos presagios,
miseria creativa
que no admite chantajes,
ignorancia perpetua,
nieve, lluvia, granizo,
por el cambio climático,
nubes de sol y sombra,
iglesias de tres naves
sin un alma en sus nervios,
filosofías caras
y chollos engañosos,
hartazgos egoístas,
horizontes cercanos,
lejanas bonolotos,
vértigos invencibles,
churros de chocolate,
productos desnatados
que ofrecen líneas rectas,
timbres que no te abren,
olivos sin olivas
y rosas sin espinas,
partidas a las cartas
crispadas y monótonas,
consejos realistas
realmente inservibles,
corbatas, puros, vinos,
símbolos del machismo,
garajes y azoteas,
libélulas de hierro,
sirenas y campanas
que invitan al silencio,
narices sin pañuelo
auriculares sordos,
manías arraigadas,
locuras quijotescas
y sórdidas sandeces,
seres atormentados
por sentirse invisibles,
rumores y mentiras
y verdades a medias,
emigrantes sin rumbo,
inmigrantes perdidos,
rubores y pudores
que a nadie les importan,
carritos de la compra
caminando hacia el tedio,
esculturas pintadas
por grafitis anónimos,
hormigón y cristal
lecorbusierianos,
uniformes planchados,
piercings en los ombligos,
argollas en el cuello…
Cada día te encuentro,
te veo y te recuerdo
en todos los objetos,
en todas las personas,
en todas situaciones,
en todos los lugares.
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