SOY LUIS
Como Pedro te niego, me niego al lavatorio
porque no entiendo nada;
o como Juan acerco mi mejilla a tu pecho
porque me siento amado;
o abandono las redes como Andrés y Santiago
por tu hipnótica voz;
o confío en ti siempre como Bartolomé
pues tu gracia me apoya;
o dudo de tu vida cual Tomás el Mellizo
e ignoro tu camino;
o te sigo al instante como lo hizo Felipe
por su mente juiciosa;
o doy culto al dinero –Mateo– hasta encontrarte
y ofrecerte una fiesta;
o soy un hombre justo como Santiago Alfeo
porque odio la injusticia;
A veces te traiciono como Judas lo hiciera
con un beso de plata;
o soy un pendenciero como Simón Zelotes,
integrista y fanático;
o valiente Tadeo te doy las gracias siempre
con tierno corazón.
Soy todos y ninguno, soy yo, Luis, nada apóstol,
siempre contradictorio.