SOMBRAS DE TU CAVERNA
No sé leer tu difuso alfabeto
(escribes siempre con sombras)
y me quedo con la boca abierta,
me quedo en blanco de vocales
y lleno de oclusivas percepciones.
No sé subir tu escala
y se despeña mi garganta
y mis labios se sellan con da capos
y silencios sostenidos.
No sé escuchar tu oráculo,
tus délficos enigmas,
tu música celeste
(pentagrama inconexo).
Como mucho adivino lenguas trabadas,
sáficos versos,
crípticos caminos, claves de sol y luna
que ocultan lo que expresan
jeroglíficamente.
Enséñame a leerte,
a escucharte, a sentirte,
porque a veces me canso
de este preludio trágico,
de mi analfabeta existencia,
del juego al escondite.
Enséñame a encontrarte.
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