Saltar al contenido
SIN HÁBEAS CORPUS
No quiero libertad sin tu presencia,
condéname sin juicio ni abogado
a permanecer siempre encerrado
en la celda de tu Corazón manso y humilde.
Arroja profundamente al mar la llave
para que no pueda salir nunca,
que nunca acabe mi tormento
por verme encadenado con tu acero.
Flagélame la carne si lo quieres,
coróname de espinas la cabeza
y vísteme de púrpura sangrante.
En tu campo de concentración,
a trabajos forzados obligado,
será libertad mi pena y mi castigo:
calabozo de amor contigo quiero.
A pesar de todo será leve
la gravedad de mi confinamiento,
será cielo el infierno deseado.
No quiero paraísos sin tu cercanía
ni jueces que dicten mi inocencia:
todo lo que de ti me aleje lo rechazo.
Senténciame de por vida y de por muerte
a estar abrazado a tu regazo.
H. Luis Lorente
Publicaciones relacionadas
Ir a Tienda