REALIDAD
Aunque a veces seamos la encarnación de un mito
-¿la vida no es un sueño?- siempre estaremos juntos.
A veces, pocas veces, mi nombre es Pigmalión
y encuentro, de milagro, tu cuerpo en Galatea.
Otras veces, Orfeo, con mi música torpe,
con la cabeza vuelta, desperdicio a mi Eurídice.
A veces tú eres Psique que incumple las promesas
y entonces yo, Cupido, pierdo el rostro y el norte.
Somos Leandro y Hero en muchas ocasiones,
sin luz, sin mar, sin torre, trágicamente unidos,
y otras Píramo y Tisbe juntos solo en cenizas.
A veces, como Apolo, te persigo en la niebla
y tú, mi esquiva Dafne, solo me das laureles.
Pero a pesar de todo, de todos, de la muerte,
siempre estaremos juntos, en divino relato.
El uno junto al otro, los dos al mismo tiempo,
durante todo el tiempo cual pájaros amantes
o cual árboles siempre como por siempre fueron
Alcíone y su Ceice o Filemón y Baucis.
Siempre estaremos juntos, aunque a veces parezca
que vivimos un mito, la encarnación de un cuento.
H. Luis Lorente