Propagar este fuego…
La imagen del fuego de la portada de la última circular de nuestro Superior General, Hno. MARK HILTON, es la figura que encierra en sí muestra misión como miembros de la congregación, nuestro CARISMA, que tantas veces nos lo recuerda a lo largo de esta circular. Este fuego que tiene su origen en el corazón de Cristo y que desde ahí se nos da gratuitamente para que prenda en cada uno de nosotros y lo trasmitamos a quienes tenemos cercanos, bien sea por unión comunitaria como miembros de una comunidad, bien sea por relaciones con el personal docente y colaborador, con el alumnado y sus familias por todos y cuantos a lo largo de cada día entran en contacto con nosotros no sólo de manera presencial, sino también con quienes nos relacionamos por los medios tecnológicos. A todos debemos transmitir este fuego del amor de Dios que hemos recibido como don gratuito y que de la misma forma hemos de expandirlo de manera sencilla, sin presionar, que pueda llamar la atención comenzando por nuestro porte que trasparente la acción amorosa del Corazón compasivo de Cristo, fijándonos de manera especial en los que vemos más necesitados de nuestra ayuda material y espiritual.
El fuego del P. Andrés Coindre fue calentando y abrasando en celo apostólico al H. Policarpo y los primeros Hermanos de la Congregación produciendo efectos muy positivos en aquellas personas recogidas en sus primeras escuelas rurales y que más tarde, a lo largo de estos 200 años,
los Hermanos que nos han precedido también han sabido prender y extender el fuego de los corazones hasta el día de hoy.
La continuidad de nuestra congregación tiene su fundamento en esa llama de amor vivo hacia las personas en quienes influimos. Ha habido altibajos a lo largo de su desarrollo que son propios de un proceso dinámico vital. Esto no nos debe desanimar tenemos que seguir con ilusión las pautas marcadas por nuestros Fundadores y Hermanos que nos han precedido.
Los comienzos fueron difíciles, para algunos imposible, para otros su fortaleza y la esperanza de un futuro mejor les hizo progresar y la Congregación siguió adelante alcanzando su máximo esplendor ampliando el campo de apostolado en los cinco continentes. Hoy en día vemos cómo
decrece este campo y tenemos que afrontar las circunstancias adversas: (disminución de efectivos, pandemias, secularizaciones, etc.). Todo esto no nos debe acobardar, al contrario, elevemos el corazón y la mirada a un plano superior para que nuestro don de repartir ese fuego de amor al prójimo se haga palpable en medio de las dificultades.
A modo de curiosidad y puesto que me ha llamado la atención el número de veces que nuestro Superior General repite en su circular la palabra CARISMA (111 veces), la he contabilizado así:
En el texto central de la circular (97 veces) En el índice (2). En llamadas, al margen (2)
Post scriptum.- Tras la firma (1). En las preguntas (7). En la Oración (2)
TOTAL: 111 veces