LLANTO LUMINOSO
La luz se me hizo sombra de repente
como una larga llamarada oscura,
el abrazo se convirtió en ausencia,
brilla y se apaga tu calor de hielo.
Rompe el límite, el borde, la frontera,
devuélveme la voz, dame la risa,
ese instante fugaz que se eterniza,
hazte a mi imagen: firme e inseguro.
Se me quiebra la voz cuando te nombro,
ascua es tu amor y a veces es ceniza,
luminosa ceguera, dulce pena,
carne rebelde y voluntad sumisa,
somos el sol oscuro, el ojo ciego.
Si en este laberinto no hay salida
– paraíso fugaz, constante infierno –
vente a arder en la presencia mía
fundidos en la misma quemadura.
Lejano estás y estás aquí presente,
nado en tu sangre, lloro en tu costado
en esta compartida singladura.
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