El proyecto confianza propone todos los años un valor institucional para que sea motivo de enseñanza y aprendizaje en los colegios corazonistas. Para ello partimos de unos principios básicos que se formulan de esta forma:
Aprended de mí.
De Jesús podemos aprender todo. Pero él dijo exactamente, “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón y encontraréis descanso para vuestras almas”. (Mateo 11, 29)
Cuesta mucho ser siempre el primero.
Si te planteas la vida como una carrera contra los demás, te vas a cansar mucho. Trabaja en paz para conseguir lo que deseas.
Cuida la naturaleza.
Reconoce que no es tuya, que es frágil y que sólo la puedes usar de prestado.
No te quejes.
No pierdas e tiempo quejándote de las cosas malas que te pasan o te han pasado. Muéstrate agradecido con Dios por las cosas buenas que te pasan y trabaja con entusiasmo para que sigan pasando. Mira el lado positivo de las cosas.
Hay otros que también tienen talento.
No eres el mejor en todo, o incluso en nada. Muéstrate abierto al hecho de que estás en constante aprendizaje y que otras personas te pueden ayudar. Es más, estarán encantados de ayudarte si se lo pides.
La humildad no es falsa modestia.
Si alguien elogia tu trabajo no intentes disminuir tus méritos. Confiesa que ha sido fruto del esfuerzo y agradécele que le haya gustado.
No eres perfecto.
Conocer tus defectos te ahorrará muchos disgustos. También te permitirá aprender, porque el que lo sabe todo es imposible que aprenda nada.
Cuidado de lo que presumes.
Los demás no quieren escuchar lo listo, lo rico, lo atractivo o el éxito que tienes. Si es verdad, ya se habrán dado cuenta.
El trabajo nos dignifica.
Decía un sabio que hay dos tipos de personas, los que trabajan y los que se llevan los méritos del trabajo. Y añadía: “Apúntate a los primeros. Hay menos competencia”.
No eres mejor que los demás.
Seguramente tienes cualidades para muchas cosas y eso te obliga a trabajar para desarrollar tu talento. Pero esto no te hace mejor que los otros, ni te da derecho a tener mejor casa, mejor coche u ocupar un mejor lugar en el colegio o en cualquier otro sitio.
Admite tus errores.
Si es posible, reconoce que te has equivocado y pide disculpas.
Elogia a los demás de forma sincera.
Ellos se van a sentir bien y tú también. A todos nos gusta que alguien reconozca nuestros logros.
Ayuda en un voluntariado.
Tendrás la oportunidad de poner a otros en primer lugar.
Habla menos y escucha más.
Las demás personas tienen opiniones tan válidas como las tuyas. Ofrece siempre un oído atento y un poco de tiempo.