La Fiesta de la Diosa Razón
Muchos años después, el arzobispo de la ciudad francesa de Toulouse, monseñor Mioland, recordaría la tarde en la que siendo niño sus padres le llevaron a ver la extraña procesión de la avenida de Brotteaux, el populoso barrio de Lyon. Escribía el arzobispo rememorando aquella tarde: “Se notaba en el ambiente una especie de aura religiosa que me llenaba de alegría, y por eso me extrañaba que mi madre, con la que compartía estos sentimientos, no se alegrara lo mismo que yo e incluso dejara escapar algún suspiro de decepción”. […]