LA EDUCACIÓN DE LA SENSIBILIDAD
¡Jesús, manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo!
¿Os acordáis de aquella jaculatoria que desde jóvenes hemos recitado? “¡Jesús, manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo!” Pues resulta que últimamente la he descubierto como la clave de la formación permanente.
Llevo algún tiempo tratando de entender qué es esto de la formación permanente en la vida espiritual, pues compruebo que es una cosa de la que todo el mundo habla y apenas nadie sabe nada. Y mira por dónde que me encuentro con esta sorpresa. La idea me la ha brindado Amadeo Cencini, un religioso canosiano especialista en formación. […]