Se desarrollaron los días 26, 27 y 28 de agosto. El lema elegido: “Somos la sal de la tierra y la luz del mundo”(Mt 5, 13). Pretendíamos,ayudar a los jóvenes a preguntarse qué es lo que sueña Dios para sus vidas, apoyar a las familias sobre su papel en el proyecto de vida de sus hijos y compartir la riqueza del carisma de los Hermanos del Sagrado Corazón con los alumnos de 4° y 5° de secundaria.
El primer día estuvo centrado en tres bloques. Primer bloque: Introducción, presentación de hermanos y alumnos, Reglas o acuerdos, breve motivación sobre ¿Qué es la vocación? Y como Rompehielos el Bingo Humano. Un segundo bloque apuntaba a Las huellas de mi familia y mis amigos para ello nos servimos del Planeta familiar: describir nuestras familias como si fueran un planeta y reflejar sus huellas en un círculo de cartón según una lista de colores y características que tienen todas las familias. Posteriormente hubo una retroalimentación y compartir por grupos.
El segundo día, tuvo como tema central las Huellas de Jesús en la historia personal y colectiva, para ello en el primer bloque se realizaron diferentes actividades recreativas que tenían como requisito para su culminación exitosa que todos los estudiantes de los grados cuarto y quinto lograran el objetivo, nadie podía quedarse por fuera. En la retroalimentación final de dichas dinámicas se concluyó que estas nos recordaban que en el proyecto de Jesús para la humanidad no se puede descartar a nadie y que el verdadero éxito no consiste en conseguir metas de manera meramente individual, sino contribuir a la vida dichosa de todos. En el segundo y tercer bloque, los estudiantes tuvieron contacto por medios audiovisuales con realidades de sufrimiento que se viven en el Perú y la respuesta que dan a dichas situaciones diversas personas y organizaciones inspiradas por el Evangelio. Finalmente se culminó la jornada con actividades que llevaron a cada estudiante a una reflexión personal sobre la huella que Jesús ha dejado en la propia vida y un compromiso de transmitir dicha experiencia de amor gratuito en la realidad cotidiana.
Y finalmente la tercera jornada nos invitaba a reflexionar sobre la Huella que cada uno quiere dejar en la historia. En la primera sesión visionamos la película Extraordinario. La segunda nos incitaba a pasar de lo Ordinario a lo extraordinario y para ello había que responder a un cuestionario y sendos videos de buenas y malas actitudes nos hicieron socializar e interactuar entre unos y otros. Finalizábamos las jornadas con: “Aquí estoy yo”: Breve presentación de las obras y vida de los Hermanos en Perú, testimonio vocacional con los 5 hermanos en grupo de 12 alumnos, compartiendo preguntas y experiencias. Siguió un rato de oración, a mera de síntesis de las jornadas, palabras de agradecimiento, despedida y foto de rigor.
Tres jornadas que tocaron, con toda certeza, cada uno de los corazones de los alumnos y acompañantes de la Comunidad de Catari y así lo corroboran estos sencillos testimonios: “Me sentí relajada porque me pude conocer mejor”, “Me sentí bien al observar el cómo se debe vivir la vida y nuestras relaciones con compañeros de otro grado” y “Bastante bien, porque pude reflexionar y recapacitar sobre mis acciones, además de incrementar mi fe”.