In memoriam Hermano Luis Lorente
Hace unos meses le pedí al Hermano Luis que me enviara algunos poemas para publicarlos en la página web de los Hermanos. Me envió dos colecciones de poemas que llevaban por título “Pronto será tarde” y “Verbo eterno”. La calidad de los poemas era, como siempre, sobresaliente. Creo, sin falsas modestias, que la poesía del Hermano Luis Lorente está a la altura de la mejor poesía en castellano del siglo XXI y que el autor no tiene competidor en este siglo en lo que se refiere a poesía de temática religiosa.
A pesar de la incontestable calidad de los poemas, decidí no publicarlos. La mayoría de los poemas tenían el sello de poesía póstuma y, conociendo los graves problemas de salud de Luis, la publicación de los poemas podía ser una invitación a una necrológica adelantada.
Ayer nos llegó la noticia del fallecimiento de Luis, un mazazo terrible para su comunidad del colegio de Barcelona, su familia, sus Hermanos corazonistas y sus amigos. Los médicos ya anunciaban que el desenlace podía suceder en cualquier momento, circunstancia que no ha aliviado el pesar de nuestra pérdida.
Remediamos, en parte, el peso de nuestro dolor con la publicación, ahora sí, de un poema, contenido en el poemario “Verbo eterno”, que habla de Luis, de su poesía y, también, de nosotros. Se nos ha muerto un Hermano, un amigo, un clásico.
H. Javier Marquínez
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SI…
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¡Ay! si yo pudiera alcanzar
tras la lucha la victoria
y tenerte por botín.
Mi sangre sería
sangre enamorada.
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¡Ay! si yo supiera colmar
en la vida y en la muerte
mis ansias por tu verdad.
Mi alegría sería
sed saciada.
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¡Ay! si yo lograra llegar
entre rosas o entre espinas
a la lumbre de tu hogar.
Mi corazón sería
paz alcanzada.
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¡Ay! si yo llegara a palpar
sin ensueños, sin ideas,
la belleza de tu ser.
Mi existencia sería
plenitud consumada.
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