Cualquier proyecto y elección de vida parte de un principio o un sueño. La chispa que inició esta iniciativa tuvo lugar los días 20 y 21 de octubre de 2003, cuando se reunieron en Roma los miembros de la Conferencia de América Latina y España, una vez concluida la Reunión de Superiores Mayores (RSMI). Así surgió la posibilidad de organizar un noviciado conjunto para los aspirantes al noviciado de la Conferencia de América Latina y España. Y ¿Por qué en Perú? En España no había aspirantes, mientras que Colombia, América Austral, Brasil y Perú podían sumar. Y tras un proceso de escucha, discernimiento, estudio y consenso, los superiores de la CALE vieron posible el sueño de plasmar e intentar maneras más acordes de acompañar y generar procesos formativos de crecimiento para la vida religiosa en estos tiempos en que los paradigmas de comprensión y de vivencia del mundo no son como los de hace unos años.
Con esta iniciativa se pretendía acompañar, hacer y proponer a los jóvenes el duro y a la vez fascinante itinerario del encuentro profundo consigo mismo y con el Dios revelado en Jesús de Nazaret. Y también cómo no, apasionarse por el Reino que propone, hacer camino de discipulado en comunidades más solidarias, fraternas y cercanas.
Por eso la RSMI optó por abrir el INTERNOVICIADO de la CALE en Lima. Y en enero de 2004, el sueño se hizo realidad con la apertura de la casa del Internoviciado “Casa Andrés Coindre” en Lima. Esta fue la primera comunidad: Hnos. Denis Plourde, Maestro de novicios, (América Austral), Felipe Albaina, formador, (Delegación de Perú) William Arango, formador (Colombia) y Anastasio Corres (Administrador de la Delegación de Perú) y con apoyos puntuales de Ramón Luis García (España)formaban comunidad con los Novicios: Diego Salvatierra (América Austral), Carlos Alberto Marino Sandoval (Colombia), Jean Paul Valle Roma (Colombia), Ibrahim Yusef Guzmán Banda (Perú) y Luis Enrique Saldaña Silva (Perú). Este año 2020 la comunidad está formada por dos hermanos novicios: Caio Geovane (Brasil) y Joan Sebastián (Colombia) acompañados por los Hermanos Pedro García M. y Eusebio que prosiguen la iniciativa del Espíritu de la CALE.
Este sueño busca sendos objetivos en la formación inicial y que no son sino la preparación del formando para “vivir y experimentar la unidad personal en la vivencia de la propia vocación” y que aterrizando, según el documento eclesial RC (Renovationis Causan) es“Realizar progresivamente en la vida del formando, aquella coherente y armoniosa unidad que debe existir entre la contemplación y la acción apostólica, unidad que es uno de los valores fundamentales y primarios como Hermanos del Sagrado Corazón”, que traducido a la vida diaria significa, que el formando deberá vivir su vida sin dualismo operacional y sin rupturas ni divisiones internas: cuando ora, trabaja, sirve, comparte, vive en comunidad y se relaciona directamente con Dios, con sus hermanos de comunidad y con tantos hombres y mujeres a los que se ve y se siente cercano.
Y tal como especifica nuestra Guía de Formación en su número 71: “Seguir un adecuado plan de estudios con duración razonable que favorezca el encuentro con el Señor, la oración, vida de comunidad y compromiso apostólico”. Para ello, al día de hoy, tenemos un programa de estudios propios de la Congregación: Regla de Vida, Historia del Instituto, formación en el carisma y Espiritualidad del Instituto manifestada en el Corazón de Jesús. También los hermanos Felipe (música) y Patxi (¿A qué Jesús segumos?) nos apoyan semanalmente. Igualmente participamos en el programa de estudios de CONFER-Perú, en compañía de los acompañantes y junto a otras 30 congregaciones, acudimos 3 días a la semana para lograr un adecuado equilibrio con el programa de estudios propios de la Congregación (hoy día a través de la plataforma digital). Y como reza nuestro Proyecto Comunitario: “En preparación para nuestra vida espiritual, fraterna y apostólica como Hermanos del Sagrado Corazón, nos esforzamos en cumplir el programa de estudio del Noviciado. La buena formación es siempre una obligación moral del apóstol del Señor. Igualmente nos esforzamos en el cultivo de nuestro crecimiento personal”. (To be continue…).
Hno. Eusebio Calvo