Educándonos y educándoles desde el corazón… En un clima de respeto y confianza. Educar es llegar al corazón de cada uno de los que educamos. Tenemos la responsabilidad de dar a la persona una formación integral. Por eso la pastoral colegial recuerda a todos los miembros de la comunidad educativa que estamos llamados a educar a los jóvenes en el sentido de su responsabilidad, en un clima de respeto y confianza, atentos a la acción del Espíritu Santo en lo más íntimo del corazón
Educándonos y educándoles desde el corazón… En el amor. El educador corazonista, que se siente unido al Corazón de Cristo, ve la necesidad de ser transmisor de su amor. Amor que se traduce en una serie de actitudes que deben caracterizar el estilo educativo de los que queremos vivir la espiritualidad de la compasión: entrega, escucha, comprensión, respeto, gratuidad, misericordia. Nuestra presencia debe hacer presente que para un educador corazonista no existe “educación a distancia”, que estamos interpelados para mantener una relación dinámica con el Señor y con los jóvenes.
Educándonos y educándoles desde el corazón… Desde la sencillez y la aceptación. La experiencia educativa es, a veces, experiencia de dificultad, de limitación, incluso de fracaso. Pero eso nos hace más sensibles a las miserias espirituales y materiales de los demás; nos abre a la ternura de Cristo, nos hace accesibles y acogedores hacia todos, nos dispone al respeto de cada persona en su propio crecimiento y en su vocación única. Una escuela con criterios pastorales es aquella en que los miembros de su comunidad educativa responden a la invitación de Jesús a asistir a su escuela para aprender a tener como Él un corazón sencillo y humilde.
Educándonos y educándoles desde el corazón… Desde la gratuidad de nuestra entrega. Gratis hemos recibido todo, gratis nos damos. En la educación no hay cabida para los mercenarios. Por eso nuestra entrega está marcada de respeto y gratuidad; por eso, como María- modelo, madre y maestra en nuestra misión pastoral- vivimos nuestro trabajo educativo en el agradecimiento por la gracia de nuestra vocación.
Educándonos y educándoles desde el corazón… Para la libertad. “Para librar a los jóvenes de la ignorancia, prepararles para la vida y darles el conocimiento y el amor de la religión el Padre Andrés Coindre funda a los Corazonistas”. Nuestra acción educativa y, por tanto, la pastoral educativa, siente como responsabilidad personal de que ello sea posible. Es pues un proceso de liberación de la persona para que niños y jóvenes puedan «vivir». Nuestro objetivo es el del Padre: el mundo liberado por la cruz…
Educar desde el corazón… Construyendo la comunidad educativa para educar el sentido comunitario. Educar cristianamente es educar en comunidad y para la comunidad. La educación cristiana difícilmente podrá llevarse a cabo sin el testimonio de una comunidad educativa, la cual favorece en la escuela un clima de comprensión y entrega que despierta en los mismos jóvenes el sentido comunitario. El equipo de pastoral del Colegio actúa como “corazón” que impulsa la creación de comunidad educativa.
Educándonos y educándoles desde el corazón… En el compromiso y la práctica de la justicia. Acercarnos al Corazón de Jesús es acercarnos al que ha abierto su Corazón para convertirlo en fuente de salvación. Tenemos que recordar a los miembros de la comunidad educativa que «sensibilizar a los alumnos en los temas de la justicia social; despertar en los jóvenes el deseo de compromiso en sus diversos niveles: social, apostólico, vocacional”, es tarea de todos..
Educándonos y educándoles desde el corazón… Al servicio de los niños y jóvenes pobres y sin esperanza. En sus relaciones con el prójimo, los corazonistas manifiestan una gran bondad. Otorgan su predilección a los humildes y a los pobres, a los oprimidos y carentes de amor. En esta llamada hacia los más necesitados, expresión de la espiritualidad del Sagrado Corazón, es en donde se manifiesta la verdadera “calidad educativa” de un colegio cristiano corazonista.
Educándonos y educándoles desde el corazón… Favoreciendo un ambiente ordenado y organizado. Exhortamos a nuestros alumnos a formarse en el respeto a la autoridad y en una autodisciplina. La formación en la disciplina requiere respetar la dignidad de todos y establecer relaciones mutuas de confianza y de cooperación, sin discriminaciones ni preferencias. A veces se acusa que los responsables de la “pastoral” desordenan el colegio. Y eso, o no es pastoral o bien no se ha comprendido bien qué es el orden y las disciplina…
Educándonos y educándoles desde el corazón… Respondiendo a las necesidades de tiempos y lugares. El Señor nos ha prometido un corazón nuevo; por lo tanto adaptamos nuestra acción educativa a las necesidades de los tiempos y lugares con lucidez, prudencia y audacia, para responder de la mejor manera posible a las llamadas del Espíritu y nos mantenemos disponibles para actuar donde las necesidades lo exijan. El equipo de pastoral debe lanzar a todos los miembros de la comunidad educativa esta llamada profética del Espíritu.
H. Ramón Luis García