EDUCADORES APÓSTOLES
Las dos primeras obras que el Padre Coindre nos confió fueron, las dos, patronatos y escuelas de oficios para niños pobres y abandonados, una en Lyon y la otra en Saint-Étienne (Valbenoîte).
Pero, ante las solicitudes de los párrocos para abrir escuelas parroquiales, decidió orientar su instituto hacia la instrucción de los niños en las escuelas primarias. Esto es lo que le decía al Hermano Director general en su carta del 21 de enero de 1822:
“Si abrimos un segundo establecimiento, será para enseñar a leer y escribir a los niños como hacen los Hermanos de la Doctrina [Hermanos de las Escuelas Cristianas]. Por consiguiente, me gustaría que, sin decirles nada, se informara usted mismo del método que siguen esos Hermanos, yendo un día con mi hermano para ver sus clases, preguntarles acerca de todo eso y transmitir a nuestros Hermanos lo que usted hubiera aprendido”. (Carta IV).