Edición de las cartas del Hermano Policarpo a los Hermanos de América
Las cartas del hermano Policarpo a los hermanos de América constituyen una herencia única en el instituto. Expresan su deseo profundo por acompañar a los hermanos, independientemente de su lugar de misión en el mundo. Tanto si se trata de noticias de los hermanos de Francia como de preocupaciones relacionadas con los de América, el hermano Policarpo da muestras de una profunda comprensión hacia cada persona y busca ofrecer consejos y apoyo individual a los hermanos, sobre todo a los que ejercen alguna responsabilidad.
Dedicando tiempo a redescubrir al hermano Policarpo y a percibir su gran afinidad con los hermanos confiados a su cuidado, ustedes descubrirán en primer lugar a alguien que es un hermano para todos ellos. Sus consejos personales tienen como objetivo constante apoyar y guiar a los hermanos en su vida cotidiana. En cada una de sus cartas aflora el deseo de acompañarles y de animar su compromiso con el instituto y la vida religiosa.
Podríamos pensar que la distancia –tanto geográfica como vivencial–, al separarle de los hermanos de América, daría lugar a textos más bien banales e impersonales; pues bien, cualquier cosa menos eso. El hermano Policarpo se muestra siempre curioso, atento, al corriente de las últimas noticias tanto de América como de Francia. Se apasiona por la vida religiosa que viven sus hermanos, a quienes llama incansablemente a una mayor fidelidad a la Regla.
Sin embargo, conoce también la decepción, la tristeza, la frustración, la pena y la alegría: un sinfín de emociones expresadas a través de esta correspondencia. Su sinceridad es total a lo largo de este itinerario de una docena de años.
No hay ni un ápice de fariseísmo en él y evalúa sus propias limitaciones con franqueza. Apela constantemente a los hermanos a acudir a la Regla, a la caridad, a las virtudes, que están en el corazón de los votos; y les invita a examinar con realismo sus dones y talentos cuando les plantea sus convicciones.
Muchas de estas cartas son personales. El hermano Policarpo se preocupa menos de la forma de los textos que de su contenido. Por eso, hemos introducido correcciones gramaticales y ortográficas, además de haber creado párrafos para mejor separar las distintas ideas. El hermano Policarpo escribe desde el corazón y eso se refleja en el carácter informal de sus misivas.
A través de estas cartas que aquí se nos ofrecen, descubrimos la humanidad de un hermano que guía y apoya a sus hermanos que se hallan en lejanas tierras de misión. No es perfecto, pero sí humano. Sí, se muestra como hermano de Cristo, hermano de sus hermanos y hermano de todos… y nos pide ser y obrar de igual modo en cualquier lugar.
¡Venerable hermano Policarpo, ruega por nosotros!
F. Mark Hilton SC Superior general