El Hermano Francisco Javier Sáez de Maturana, el 23 de junio, a las 11,15 de la mañana y en el colegio Juan XXIII de la ciudad de Lima, disertó sobre el tema, “Ecología Humana: Familia, Medio Ambiente y consumo”. La conferencia de nuestro hermano Patxi ponía el broche de oro a las Jornadas que la Asociación de Padres de colegios católicos de Perú había programado al respecto. Bajo la mirada atenta de más de 300 profesores y religiosos de diferentes colegios el hermano Patxi abordó la gran repercusión que tiene la Encíclica Laudato Sí sobre la creación tratando de dar respuestas a la crisis ecológica, familiar y ecología humana.
De la mano de Francisco de Asís y Francisco de Roma mencionó la relación existente entre la vinculación de la ecología ambiental y la familiar, invitándonos a ir a todos de la mano al destacar la ecojusticia en favor de todos aquellos que más sufren en esta nuestra amada tierra y que se convierten en los condenados de la Pachamama.
Desde la Fe y contando con la presencia significativa de Monseñor “Pachi” Tomasi, alma de “Los Custodios de la Creación” fundada en 2008, con el objetivo principal de promover proyectos para proteger la Creación confiada por Dios a los hombres y a ejemplo de Francisco de Asís, nos invitó través del conocido cántico “Alabado seas, mi Señor”; a mirar, como Dios mira a sus criaturas; a tratar de asumir nuestra responsabilidad de vivir como cristianos; a custodiar la belleza de todo lo creado; ayudar a Dios en el cuidado de la creación; a ponernos a disposición de nuestro Dios creador y por fin nos interpeló a un consumo justo, equitativo , solidario y responsable.
Antes de finalizar tampoco faltó su receta a fin de superar los efectos de la crisis y abogó por el cuidado de nuestra madre tierra como «el hábitat natural de todos los humanos». Receta que consistió en recuperar las siete «erres» para nuestra vida cotidiana: 1. Reducir los objetos de consumo, 2. Reutilizar los que ya hemos usado, 3. Reciclar los productos dándoles otra finalidad, 4. Resistir a la propaganda publicitaria que, descarada o sutilmente, nos empuja a consumir, 5. Respetar a cada ser y ocuparnos de él, particularmente los pobres, los ancianos, los niños y las personas vulnerables, por su valor esencial y propio, 6. Reforestar lo más que podamos, porque cada planta regenera la Tierra, secuestra dióxido de carbono, nos devuelve oxígeno, nos entrega flores y frutos, y 7. Rezar siempre, para que el Dios Creador nos dé un corazón semejante al suyo y al de Jesús, a fin de que no perdamos nunca el deseo de la alabanza ante todo lo creado.
Y concluyó diciendo: Los creyentes vemos la creación como un don lleno de belleza, que transmite la bondad de Dios y el cuidado tan delicado que tiene por nosotros. Solo agradeciendo el don de la Creación podremos también quererla y cuidarla. ACTUAR ASÍ ES SANTIDAD, PUES LLEVAMOS A LA VIDA LO QUE SOMOS: “IMAGEN Y SEMEJANZA” DEL DIOS SANTO Y CREADOR.