El último fin de semana del mes de junio, el colegio celebró su 33 aniversario, se revistió de fiesta, mostrando su cara limpia y atractiva y engalanándose con sus mejores trajes para danzar y cantar sus 33 años de vida. Con orgullo podemos afirmar que el colegio educa con el convencimiento de que “Otro mundo es posible” y plagiando a Alejandro Jodorowsky, “no podemos cambiar el mundo de repente, pero sí podemos empezar a cambiarlo, con pequeños y grandes gestos”. De ahí que, en el colegio, hermanos y profesores, creen, a pesar de las dificultades, en la construcción de un nuevo mundo más solidario, capaces de crear espacios de encuentro abierto, plural y diverso. Por otro lado, cumplir la edad de Jesucristo, merecía una mención especial en este aniversario 2019.
Es por eso, que el colegio mostró su cara limpia, merced al esfuerzo de los padres que contribuyeron, días anteriores en lavarle la cara, purificándolo por dentro y por fuera para que sus hijos puedan sentirse a gusto en el ambiente educativo. Y, por otro lado, la APAFA, la dirección del colegio y los hermanos, junto con los profesores y alumnos tratan de vivir los dos slogans que aparecen en uno de los laterales del edifico escolar: “Bienvenidos, disfruta de tu colegio”. “Hacer el bien y hacerlo bien”. Se percibe y vive que el colegio educa en clave de pastoral: poniendo en práctica valores humano-cristianos que humanizan los diferentes entornos.
En el aniversario no faltaron los campeonatos deportivos de exalumnos y de padres el día sábado, mientras que el día domingo el patio del colegio se hizo pequeño para albergar y acoger a tanta gente que acudió para aportar su granito solidario: las madres de los salones de sus hijos cocinaron auténticas “delicatesses”, simulando a los grandes cocineros peruanos. Se hizo presente la tómbola solidaria con los hermanos Bene y Antonio, bien acompañados por las mamás voluntarias, que trataban de dejar contentos a todos. Tampoco faltó la presencia de Coras, animando con sus voces y canciones y la tribuna base que constantemente anunciaba, entretenía y alegraba el evento, con música, magia, números artísticos, alma animadora durante toda la jornada. Nuestro agradecimiento a los padres de la APAFA y al hermano Alfonso (y tantos otros anónimos que apoyaban tras el telón, sin olvidar a las mamás de la cocina).
El día fue avanzando y tras la comida, comenzaron las rifas, el gran bingo kremesse. Todo ello amenizado con danzas típicas del país. Una mención y agradecimiento muy especial a los tres grupos de alumnos “Expres-Arte” , bien dirigidos por Don José Luis Navas, alma mater del grupo y como decía Dafne, una de las componentes del primer grupo: “los dos meses de ensayo, esfuerzo y sacrificio han merecido la pena”. Otra mención, aplauso y reconocimiento al grupo de baile de los alumnos de quinto de secundaria. Además de la rivalidad entre clases la unidad expresada en el arte de la danza y el cansancio por el esfuerzo en bordar la actuación, reflejaba en sus rostros la alegría por el “deber cumplido”. Y finalmente gracias al grupo de exalumnos que cerraban las actuaciones demostrando el cariño y estima hacia la gran Familia de Fe y Alegría 32.
Y tras el canto del happy birthday, por el colegio, lanzamiento del globo, la vaca loca de fuego, todos esperaban el apagón y al agraciado se le encendió la cara por el premio recibido. Y como todo llega su fin el castillo de fuego de seis pisos empezaba a recordarnos ¡Queda menos, para el 34 aniversario. El colegio, un año más, junto con el apoyo de las familias proseguirá en su misión “acción que humaniza”.