Casablanca: 82-85
Alguien puede pensar al leer el título que me pasé tres años como turista o como misionero por tierras africanas en la ciudad de Casablanca situada en el oeste de Marruecos; y no, ni me apetecía ni he pasado nunca el estrecho. Se refiere a mi feliz estancia junto con los seminaristas mayores en una casa seminario que tenían los Padres Paúles en el barrio de Casablanca en Zaragoza. Las exigencias académicas para poder impartir las diferentes asignaturas a los alumnos en los Colegios se iban endureciendo de acorde con los cambios que iba sufriendo la sociedad. Los Hermanos debían tener los títulos universitarios para poder impartir sus asignaturas. No podían salir los hermanos jóvenes de los seminarios con una formación llena de muy buena voluntad y de absoluta entrega pero excesivamente básica, recién terminado su bachiller; tendrían que tener al menos el título de Magisterio para poder comenzar su labor apostólica y su vida comunitaria en los Colegios.