Año 81-82 : “Artículo 101”
A medida que pasaban los años iba cambiando mi relación personal con el Sagrado Corazón de mi niñez, de mi adolescencia, de mi juventud; sentía que era Él quien me había elegido y que iba guiando mis pasos y mi vida; no tenía otra opción, debía dejarme llevar por donde Él dispusiera y como dispusiera.
Muy a menudo me vienen a la mente, y también suelen salir en las conversaciones comunitarias, los ocho años intensos de mi paso por Alsasua. Tengo que confesar que quizás confié demasiado en mis energías, en mis proyectos, en mis ideas, en mi experiencia de los años vividos en casas de formación, en mis conocimientos, en lugar de poner todo en las manos de Dios, de confiarle todos y cada uno de los Hermanos de la comunidad, todos y cada uno de los formandos, las decisiones, los problemas…¿Los frutos de aquellos años?. Pues ahí están: muchos de aquellos profesos siguen viviendo su vocación y desempeñando su misión en las comunidades tanto en España como en Colombia, Perú, Argentina e incluso en las lejanas tierras de Oceanía. Algunos también se fueron a la casa del Padre y son nuestros intercesores.