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Aparición
…
Hubo un terrible incendio,
pero allí tú no estabas;
una fuerte tormenta
devastó nuestro campo,
pero no apareciste;
despertó un terremoto,
pero allí tú no estabas;
un febril huracán
derribó nuestra casa,
pero no apareciste.
Al fin llegó la calma,
sopló una suave brisa,
florecieron las flores,
llovió suave llovizna,
el fuego del hogar
serenó la velada:
y apareciste tú,
y estuviste a mi lado.
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