Celebramos el 198 aniversario de la Fundación de los Hermanos del Sagrado Corazón y de cara al ya cada vez más cercano, Bicentenario del Instituto Corazonista, bueno será trascender el pasado con gratitud. Para ello trascender es lo mismo que decir, propagar, un ir más allá, casi traspasar le tiempo.
Trascender el pasado, representa el ayer, signo a su vez de un pasado mayor que se remonta a nuestra fundación en Lyon: el Padre Andrés Coindre y los primeros hermanos. Por eso, para nosotros los Corazonistas, el día 30 de septiembre no puede ser un simple pasar página y dejar caer en el olvido, sino comprometernos a recoger, con agradecido cariño, el testigo de tantos esfuerzos de quienes nos precedieron a fin de llevar con dignidad el “Fuego he venido a traer a la tierra y ¿qué quiero, sino que arda?”, que tanto anhelaba nuestro fundador el Padre Andrés Coindre.
El presente siempre interpela, por eso esforcémonos en profundizar el presente con fortaleza. Como ayer a Andrés Coindre, se nos abre hoy, a lo que somos con una pregunta: Señor, ¿Cuándo te vimos? Y para ello lo primero que se nos exige es ver, para mejor responder. Pero, por otro lado, el presente puede ser un rasgo de muerte cuando uno se acomoda a él en lugar de luchar por cambiarlo. De ahí que profundizar hoy el presente es entonces para nosotros “encender el fuego del carisma en el santuario de la misión”.
Pero demos un paso más, seamos osados y busquemos descubrir el futuro con esperanza. Palabras que representan lo nuevo, la superación en medio de las crisis, la entrega solidaria y la esperanza en el futuro. Salir con valentía de esta indecisión es posible con la fe puesta en Aquel que dijo: “Remad mar adentro y echad vuestras redes para pescar”. Bonito sueño y un difícil reto, aparentemente, para progresar en el proyecto educativo compartido, siendo todos colaboradores en misión, en comunión fraterna en el carisma y en la misión, integrando el binomio educación y evangelio. ¿Cómo? En un proyecto educativo compartido, educando en la realidad de los más desfavorecidos. Porque estando comprometidos en la educación para la justicia podremos ser testigos de esperanza para este mundo tan amenazado y deshumanizado y promoviendo valores y compartiendo responsablemente los mismos objetivos obtendremos un claro beneficio para todos y para las generaciones futuras.
Hno. Eusebio Calvo